Gracias Padre porque cada día nos sorprendes.
Gracias por todas las personas que vas poniendo en nuestro camino; personas que nos acercan más a ti y que nos enseñan cómo vivir tu Evangelio.
Ayer, día 11 de agosto, un par de familias de Taüll nos acogió en su casa. No nos conocían de nada, nunca nos habían visto. Pero al comentarles Jordi, el párroco de la zona, que un grupo de jóvenes peregrinos iba a pasar unos días en el ático de su casa, decidieron invitarnos a pasar la tarde en su casa y a cenar. Fue una tarde perfecta. Todo estaba cuidado hasta el último detalle. Las tres generaciones de las familias, abuela, padres y nietos, nos acogieron con muchísimo cariño y sencillez. Además de la mesa, compartimos con ellos historias y experiencias, así como canciones y bailes típicos de los diferentes países.Y es que, poco a poco, con estos pequeños detalles vamos descubriendo el verdadero espíritu Magis, haciéndonos conscientes de que los distintos caminos se cruzan en nuestro encuentro contigo, Padre.
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